NOTA DEL BLOG: El Gral. Augusto Heleno fue el segundo comandante de las fuerzas militares de la MINUSTAH. Estuvo a cargo de la MINUSTAH en julio de 2005, cuando tropas brasileñas de la Misión perpetraron la masacre de 63 personas en Cité Soleil.
ESTRATÉGICO El general Augusto Heleno fortaleció el área de seguridad e inteligencia del gobierno y fue referencia para extremistas (Crédito: Gabriela Biló)
El general Augusto Heleno fue uno de los autores intelectuales de los atentados del 8 de enero, desmanteló la estructura de seguridad que garantizaría la integridad de la presidencia y fue la mayor referencia militar de los grupos extremistas. Su papel será juzgado por el STF
Las investigaciones sobre los atentados del 8 de enero arrojan cifras impresionantes. De los 1,398 detenidos, la Procuraduría General de la República (PGR) ya denunció a 835. De ellos, 645 están clasificados como «incitadores», 189 como «ejecutores» y 1 es un agente público citado por omisión. Pero ningún militar ha entrado en la mira de la PGR. Las investigaciones sobre la invasión de las sedes de los tres poderes del Estado pronto darán un nuevo giro. También se investigará la participación de los generales más cercanos a Jair Bolsonaro. Entre ellos, destaca quien tenía el control del aparato de seguridad y de la información gubernamental y era responsable de organismos que debieron anticiparse a los hechos y actuar ante el riesgo de ataque: el general Augusto Heleno. Debería ser investigado por su papel como uno de los mentores intelectuales del golpe del 8 de enero.
Soldados brasileños patrullan la región en el sureste de Haití en 2016 Imagen: Héctor RetamalAFP
Beatriz Bulla y Marcelo Godoy, San Pablo
17/11/2022 08:22
El futuro gobierno del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva (PT) da señales de resistirse a un emprendimiento defendido por Estados Unidos: una nueva misión internacional en Haití. El tema es visto con reservas por personal del PT y militares brasileños que estuvieron al frente de la misión de estabilización en el país caribeño de 2004 a 2017.
El tema forma parte del material preparatorio que Lula recibió de los asistentes al encuentro con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, con quien se reunirá este jueves 17, durante la COP-27 en Egipto. Guterres ha sido partidario de la idea de una “fuerza multinacional” en Haití.
La propuesta ganó fuerza en octubre y los estadounidenses la hicieron pública durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. EE.UU. está tratando de combinar con aliados la potencial misión, que sería respaldada por el organismo bajo el Capítulo 7 de la Carta de la ONU, que trata de «acciones relacionadas con tratados de paz, rupturas de la paz y actos de agresión». Responsable de encabezar el brazo militar de la misión que estuvo 13 años en Haití, y el país más grande de América del Sur, Brasil es considerado un apoyo relevante para los diplomáticos extranjeros en las discusiones sobre el tema y, por lo tanto, la atención de Washington se dirige a la posición a futuro del Gobierno de Lula.
Nos colocamos del lado del pueblo haitiano exigiendo el respeto a su derecho a la autodeterminación.
Luego de hacer un intercambio y reflexionar entre representantes de organizaciones de la comunidad haitiana residente en República Dominicana, nos pronunciamos a favor de la autodeterminación del pueblo haitiano y de su lucha contra toda intervención militar extranjera en su territorio.
Hemos observado y vivido las violaciones de derechos humanos, las consecuencias socioeconómicas negativas de las intervenciones de las últimas décadas en Haití, especialmente las violaciones a los derechos humanos, la represión, los abusos sexuales y la introducción del cólera por parte de la MINUSTAH en el país. La ONU nunca ha pagado reparaciones por estos crímenes. Así que rechazamos todo plan de invasión militar.
P-au-P., 09 de noviembre de 2022 [AlterPresse] — Con 6.072 casos sospechosos de cólera en Haití, el número de casos sospechosos casi se ha duplicado en una semana, mientras que el número de casos confirmados ha aumentado a 604 con 121 muertes, hasta el 6 de noviembre, según las cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud Pública y Población (Mspp).
Se han registrado 5.275 casos hospitalizados y la epidemia se ha extendido a 4 de los 10 departamentos (Oeste, Centro, Artibonite, Grand’Anse), según los datos comunicados.
Haitianos se manifiestan contra el posible envío de una fuerza de seguridad extranjera en su país, el 24 de octubre de 2022 Richard Pierrin AFP
Naciones Unidas (Estados Unidos) (AFP), Primera modificación: 25/10/2022 – 18:46 – Enviar una fuerza internacional a Haití podría aliviar temporalmente a la población oprimida por las pandillas, pero sin una solución política una nueva misión extranjera tiene pocas posibilidades de sacar al país del caos, advierten expertos.
P-au-P, 10 de febrero de 2020 [AlterPresse] — «La explotación y el abuso sexuales por parte del personal de las Naciones Unidas son inaceptables y estamos plenamente comprometidos con la política de tolerancia cero del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.» Sigue leyendo →
Haití requiere con urgencia el comprimiso de todos nosotros, para que sus niños, niñas y adolescentes puedan tener un desarrollo pleno, ausente de violencia y miseria.AMÉRICA SOLIDARIA HAITÍ
Pasaron dos semanas y volvió el olvido sobre un pueblo catalogado por el presidente de EE UU como un «hoyo de mierda». Aún 10 años después de la tragedia del terremoto de Haití del 2010, miles de personas siguen alojadas en barracas. En Puerto Príncipe, la gestión de los espacios habitados y habitables sigue sin estar normalizados por un gobierno completamente ausente.
Esta semana la inestabilidad y las protestas han detenido nuevamente al país. Recientemente, el periodista Jacobo García hacía un crudo análisis y nos recordaba las palabras de algunos expertos como Edmond Mullet (ONU) y de Ricardo Seitenfuns (OEA). ¿Pero le importa realmente Haití a alguien? ¿Le preocupa y ocupa a la ONU y a la OEA? La primera se encuentra sin capacidad ni voluntad para dar continuidad a un apoyo de desarrollo integral de largo aliento que se requiere. La segunda vive hace tiempo centrada en la agenda política de su secretario general donde Haití no existe (al parecer comparte los dichos de Donald Trump).
El caos en la construcción de algunos barrios llegó a colorearse, como Jalousie en Petion Ville, en vez de regularse para hacer de las viviendas espacios dignos con servicios adecuados. Es cierto, quedaron más bonitos, pero no dignos. Se ven folclóricos, pero muchas de esas casas continúan en condiciones inhumanas. ¿Importará esto a quienes hoy llegan y colaboran allí?
El terremoto dejó otra huella que reconfiguró las ciudades de Haití. Es el caso de lo sucedido con Canaán, Corail y Onavil, barrios de la periferia de Puerto Príncipe, que surgieron tras el desastre que obligó a un millón y medio de personas a desplazarse. Viven en ellos cientos de miles de personas que llegaron en medio de la emergencia y que hoy, 10 años después, no cuentan con agua, corriente eléctrica, caminos asfaltados, centros de salud, ni colegios para todos los niños que ahora nacen allá. Los nuevos espacios sin servicios ni seguridad son donde el Estado está ausente y las pandillas han instalado ya su violento gobierno.
Mucho se está leyendo estos días sobre la situación de Haití. Muchas críticas a un gobierno incapaz, muchas dudas sobre la eficacia de la ayuda de las organizaciones internacionales, organismos de las Naciones Unidas y de los gobiernos amigos que en 10 años no han sido capaces de lograr los resultados que debieran haberse dado con los millones y millones de dólares invertidos en la reconstrucción. ¿Por qué?
Haití heredó una enorme deuda por haber sido la primera república independiente del colonialismo europeo, una deuda que ha marcado el curso de su historia. El precio del reconocimiento diplomático la independencia significó una indemnización de 150 millones de francos (17.000 millones de euros a nuestros días) y un arancel del 50% de reducción a las importaciones francesas. Una deuda que se terminó de pagar luego de 122 años, en 1947.
El caos en la construcción de algunos barrios llegó a colorearse, como Jalousie en Petion Ville. Si bien quedaron más bonitos, más folclóricos, no son más dignos.LËA-KIM CHÂTEAUNEUFFLICKR
Desde entonces, Haití ha sufrido ocupaciones de EE UU, golpes de Estado, una dictadura de más de 30 años, acuerdos comerciales internacionales que beneficiaban la eliminación de las reservas de los países de origen y acabó con su sector productivo, políticos corruptos… En Haití han ocurrido y ocurren, además de las naturales, un sinfín de catástrofes provocadas por la mano humana, no solo interna sino también externa. Hoy en Haití se disimula una política injerencista a través de la ayuda internacional que fomenta su dependencia y que no cumple con su compromiso de desarrollo, autodeterminación y justicia.
Es conocido de forma general que cuando se trata de las inversiones en ayuda humanitaria es el mismo país que concede los apoyos. Además, que una parte importante de las ayudas se quedan en las marañas administrativas, no llegando nunca a la isla. Otros gobiernos u organizaciones, más hipócritas, nunca colaboraron en lo que prometieron y luego usaron pretextos baratos para deshacer lo prometido. A veces de forma escandalosa se publica una noticia respecto a ello que en breve se esfuma como un fuego artificial.
¿Cómo confiar en los instrumentos de los organismos internacionales que son capaces de conceder validez a unas elecciones presidenciales que unas semanas más tarde se declaran nulas por fraude? Incluso con la llegada de observadores oficiales de cada rincón del planeta. Todo esto es muy dudoso y sucedió en Haití hace cinco años, pero ahora sucede en otros países de América Latina con colores políticos diversos (como Nicaragua y Honduras).
Lo que pasa en Haití es responsabilidad no solo de los propios haitianos. Es tan flagrante el hecho de la dependencia en la que el resto de países les hemos sumido, que la responsabilidad es también de todos y cada uno de nosotros. Y en nosotros está cambiar el rumbo de esta pobreza, miseria y vulnerabilidad que sufre la mayor parte de la población de Haití, sobre todo de sus niños y adolescentes que en justicia merecen un desarrollo pleno, ausente de violencia y miseria. Esto requiere la urgencia de un compromiso a largo plazo, de una proximidad con el pueblo haitiano permanente, de una co-construcción paciente y transparente y de una profunda preocupación por la dignidad de las personas que lo habitan, sin humillarnos ni denostarlos más.